Casi todos los días al llegar a la escuela veo un camión repartidor de la coca cola, nuevo, grande, reluciente, lleno de productos coloridos y variados y me pongo a pensar en las deplorables ambulancias, los camiones de bomberos casi siempre chatarra que nos regalan los gringos, los hospitales públicos donde las mujeres llegan a parir en los jardines y me entristece ver en que sociedad nos hemos convertido, donde la felicidad aparente ha hecho que las instituciones que nos dañan la salud sean tan exitosas y eficientes, mientras las instituciones que nos mejoran la salud son obsoletas e ineficientes.
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